Mantener una dieta balanceada durante las horas de trabajo puede ser un desafío, especialmente si trabajas en un entorno de oficina, donde es habitual encontrar tentaciones poco saludables y horarios apretados.
Con los siguientes siete consejos, tienes la oportunidad de disfrutar de una alimentación más sana mientras cumples con tu trabajo.
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No te olvides de las proteínas
Incluir proteínas en tu dieta es muy recomendado para mantener tus niveles de energía y saciedad en buenas condiciones durante el día. Además, no olvides que las proteínas son esenciales para el crecimiento y la reparación celular.
Elige opciones nutritivas que puedas consumir sin problema en el trabajo como yogur griego, nueces, semillas, pollo, pavo, legumbres, tofu o pescado. Trata de comer proteínas en las comidas y merienda.
De igual manera, cuando prepares la comida en casa, incluye ingredientes ricos en proteínas, como hummus casero, brochetas de pollo o pavo, ensaladas de atún o salmón, por ejemplo.
Al incluir proteínas en las diferentes comidas a lo largo del día, te sentirás satisfecho por más tiempo y tendrás menos probabilidades de sucumbir a las tentaciones poco saludables en el trabajo.
Trata de comer tres o cinco veces al día
Comer de forma regular en el día te ayudará a mantener tus niveles de energía y evitará que llegues a la próxima comida con mucha hambre.
Lo más recomendado es establecer un horario de tres a cinco comidas al día con intervalos de aproximadamente cuatro horas entre cada comida, si es posible.
Asegúrate de incluir una combinación de frutas, verduras, proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos en las diferentes comidas.
Lleva comida saludable desde tu casa
Una de las mejores maneras de garantizar una alimentación saludable en la oficina es preparando y llevando comida desde tu casa. Cuando preparas tus propias comidas y meriendas, tienes un mayor control sobre los ingredientes y las porciones.
Dedica un poco de tiempo durante el fin de semana o la noche anterior a para planificar y preparar los platillos saludables que puedas comer en el entorno laboral.
Invierte en recipientes de vidrio o plástico de buena calidad, con ellos será más fácil transportar tus comidas de manera segura y sin derrames. También puedes comprar una bolsa térmica para conservar los alimentos frescos y a la temperatura correcta hasta que llegue la hora del almuerzo.
Porciones de comida controladas
Utiliza recipientes de varios tamaños para controlar las porciones de tus comidas y meriendas. Gracias a esto, evitarás el exceso de calorías y mantendrás un equilibrio nutricional óptimo en tu alimentación.
Por ejemplo, utiliza recipientes más pequeños para alimentos densos en calorías, como nueces o aderezos, y recipientes de mayor tamaño para comidas ricas en nutrientes y bajos en calorías, como ensaladas y vegetales.
Además, si aprendes a reconocer las porciones adecuadas para tu alimentación, resultará más sencillo llevar una dieta equilibrada en la jornada laboral.
La porción de proteínas magras que debes comer en el día, como pollo o pescado, debe ser casi del tamaño de la palma de tu mano. Mientras que, una porción de granos integrales, como arroz integral o quinoa, debe tener el tamaño de un puño cerrado.
Disminuye el consumo de cafeína
Aunque la cafeína puede ofrecer un impulso energético temporal, el consumo excesivo tiene efectos secundarios que afectarán tu bienestar, como el nerviosismo, insomnio y aumento de la presión arterial.
Lo ideal es limitar tu consumo de café a uno o dos vasos durante la jornada laboral para evitar estos efecto secundarios.
Además, tienes que asegurarte de beber suficiente agua durante el día para mantener una buena hidratación.
Si quieres reducir gradualmente tu consumo de cafeína, puedes iniciar mezclando café descafeinado con tu café regular. Otra opción es cambiar a té verde o té negro, bebidas que tienen menores niveles de cafeína, en comparación con el café.
También puedes explorar alternativas al café, las cuales no tienen cafeína, como infusiones de hierbas, agua con gas con rodajas de frutas o batidos de frutas y verduras.
Desayuna antes de salir de casa
Un desayuno nutritivo y balanceado te proporcionará la energía suficiente para comenzar tu día laboral con el mayor animo y fuerza.
Asegúrate de combinar proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos en el desayuno para mantenerte satisfecho y enfocado durante la mañana.
Algunas opciones saludables que puedes aprovechar en el desayuno son la avena con frutas y nueces, yogur griego con granola casera y bayas, o una tostada integral con aguacate y huevo.
Además, si tienes el tiempo limitado para preparar y comer un desayuno completo en casa, puedes optar por opciones rápidas y saludables para llevar al trabajo. Un batido de proteínas con frutas y espinacas, una barra de granola casera o un tazón de yogur con frutas y granola son opciones fáciles y portátiles para un desayuno nutritivo.
Chicles y caramelos para calmar la ansiedad
La ansiedad y el aburrimiento en el trabajo pueden llevarte a comer de forma emocional y a consumir alimentos poco saludables para tratar de aliviarla. Para combatir esta tendencia, lleva chicles sin azúcar o caramelos duros bajos en calorías a la oficina.
Masticar chicle o comer un caramelo puede ayudarte a aliviar la ansiedad y a evitar que comas de forma exagerada.
Además, es importante recordar que una alimentación saludable no solo se trata de lo que comes, sino también de la forma en que lo haces. No comas frente al ordenador y tómate el tiempo necesario para disfrutar de tus platos y aprovecha este momento para hacer una pausa en tu jornada laboral.