Cuando se trata del cuidado de las botas camperas de hombre, no es simplemente untarle el primer tarro de crema para manos que veamos o en caso de que estén humedecidas, colocarlas cerca de la estufa, un radiador y o usar un secador de cabello, ya que la idea es tener una botas que siempre luzcan como nuevas, que recuperen su impermeabilidad y luzcan tan bonitas como el primer día que las compramos.
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Tipo de botas camperas
Si tus botas son hechas de pieles exóticas
No son muy comunes las botas con este tipo de piel por el coste que representan y por lo tanto está al alcance de pocos, pero sí se pueden conseguir botas con piel de cocodrilo, serpiente o iguana. De todas estas, las más valorada y delicada es la de serpiente.
Si tienes este tipo de botas procede con un paño húmedo y limpia en el sentido de las escamas (especialmente si es de serpiente) para no causar daño de que se levanten. Usa una crema hidratante para el cuerpo que sea para pieles neutras, pero si hay una combinación de pieles como la de vacuno o apliques la crema allí puesto que se manchará.
Por lo general la caña es de piel de vacuno, por lo que te recomendamos la grasa de caballo aplicada con un paño muy suave, de algodón. Si tus botas se han mojado intenta esto: coloca dentro de la bota papel periódico para que vaya absorbiendo el agua y después que ha secado empieza con el procedimiento que te señalamos arriba.
Las botas camperas con serraje o nobuck
Estas se distinguen por tener un aspecto aterciopelado y si tus botas camperas tienen esta piel entonces debes tratarlas con delicadeza, sobre todo cuando se mojan porque se deterioran con facilidad.
Los primero que te vamos a recomendar es un cepillo de cerdas blandas, uno fuerte dañará esta piel. Si está manchada, humedece el cepillo en agua o usa un trapo con algo de jabón. Evita los jabones fuertes de igual manera.
En el mercado puedes comprar sprays y cremas especiales que son de mucha ayuda para este tipo de material delicado y son una interesante opción. Es también muy práctico porque rocías un par de veces mientras mueves la bota para que haya una protección completa.
Si las botas están muy humedecidas, usa papel periódico y una vez seca ve al paso descrito anteriormente. Si las manchas todavía persisten, prueba con un quita grasas de cocina, pero con mucho cuidado porque este líquido es muy corrosivo con la piel.
Si tienes unas botas camperas algo manchadas en su piel y tienen muchos años contigo (y no quieres tirarlas todavía) una sencilla alternativa es colocar mucha grasa de caballo en toda la bota para que el tono se iguale y puedas disimular las manchas.
El secreto en todo caso es que cuando uses la grasa de caballo no la extiendas sino dejes la capa por unas 12 horas y después remueves el exceso con un cepillo de cerda suave. Te sorprenderás del nuevo look de tus botas camperas.