La sofrología y el yoga son dos sistemas y prácticas diferentes entre sí pero que están unidas en un mismo objetivo: fortalecer y sacar lo mejor cada persona a partir de técnicas que optimizan la consciencia, la mente, el cuerpo y las acciones.
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La sofrología y el yoga, dos prácticas distintas pero complementarias
A su vez esta ciencia médica piensa en el rol vital que desempeñan la consciencia y el cerebro en un ser humano y ante ello utiliza técnicas de distensión para alcanzar un efecto sobre él y para después, la persona controlar situaciones de estrés y lograr mayor confianza.
Al mismo tiempo la sofrología, inventada en la década del 60 en España por Alfonso Caycedo, trabaja con todo lo que respecta a la consciencia humana y los elementos a los que es susceptible para modificarse a través de acciones terapéuticas.
Es que la sofrología tiene un concepto particular del humano ya que lo considera original, trascendente e indivisible, además de pensar que está protagonizado por las bases de su propia existencia y una energía que compone sus estructuras psíquicas y físicas.
Esto último se trata de justamente la consciencia, la que almacena todas las sensaciones, deseos y conceptos que el individuo tiene sobre algo en particular, por lo que modificarla para bien implica un mejor desarrollo de las funciones cerebrales.
Casi como una suerte de escala en la que la mente está arriba de todo y luego viene el cerebro con sus respectivas funciones, los sofrólogos trabajan en la persona para que esta pueda vivir más el presente, el aquí y el ahora.
Justamente uno de los problemas de la gente es que a veces piensa demasiado en lo que ya pasó y en lo que vendrá y, así, se olvida del propio presente, el más importante que después lamentará no haberlo tomado como tal.
Por tanto, aunque ambas van enfocadas a lo mismo en la práctica una séance de sophrologie (debido a que es el nombre que le han puesto expertos franceses a la sesión) y una clase de yoga, no son tan diferentes a grandes rasgos.
La cuestión se trata de vivir y disfrutar cada momento como único
Obviamente en un marco de estar bien contigo mismo/a para no sentir ganas de volver al pasado y, al mismo tiempo, que el futuro sea igual al buen presente.
Concretamente un sofrólogo trabaja con cada paciente haciéndolo emplear los siguientes métodos que permiten que se libere de culpas, piense y cuente con otras perspectivas y tenga un mejor desempeño consigo mismo y su entorno.
Estos son la relajación dinámica, las sofronizaciones, deshacerse de los miedos, amortizar las molestias del día a día, desarrollar una imagen positiva de sí mismos, incrementar la confianza y la motivación interna, aprender a ver las cosas como tales y relajarse a través del estímulo, entre otras.
En tanto debes recurrir a un sofrólogo si te encuentras en alguna de estas situaciones: depresión, insomnio o problemas de sueño, preparación de exámenes y para preparación mental en el ámbito del deporte.
Cabe destacar que la sofrología usa mucho la disciplina deportiva porque es donde la cabeza del individuo juega un papel fundamental y hace a la eficacia en la concentración y rendimiento dentro del campo de juego.
Si bien esta ciencia para el deporte es simplemente algo complementario que bajo ningún concepto puede reemplazar a un tratamiento terapéutico, todas las entidades deportivas que sometieron a sus integrantes a la sofrología obtuvieron resultados positivos.
Ambas son útiles para la vida y se basan en técnicas similares
Por su parte, el yoga consiste en un sistema de cuidado integral en el que el vínculo cuerpo-mente-espíritu mejora y los tres se fortalecen a partir de prácticas como la respiración y meditación. También ayuda a la parte espiritual del individuo.
Esta práctica nació en Oriente algunos siglos antes que la sofrología, aunque ambas se popularizaron cuando la primera comenzó a aplicarse en occidente para la década del 60, al igual que la segunda, cuyo origen fue en España.
Un individuo llamado Maharishi Mahesh hizo que el yoga se convierta en popular a través de la meditación y, unos años más tarde, Swami Sivananda añadió cinco principios para terminar de otorgarle mayor identidad: relajación, respiración, meditación y ejercicios.
A diferencia de la sofrología, el yoga atravesó por distintas etapas hasta transformarse en un fenómeno mundial y con técnicas que evolucionaron según donde se llevaban a cabo. Es una alternativa contra el estrés y la ansiedad.
No obstante, algunos de los ítems que resumen al yoga, que es practicado más por mujeres que por hombres son los tres siguientes:
El primero es que hay diversos modos de practicar el yoga según la intensidad que se desee, aunque todos tienen el mismo fin y este se logra dependiendo de cada individuo y sus inconvenientes.
El segundo es que el yoga (y es otra diferencia con la sofrología) se acompaña mucho de una sana alimentación, la cual debe estar protagonizada por una dieta con alimentos naturales que no aporten grasas al cuerpo.
Por último, el yoga se desarrolla desde su inicio con una intención que será la responsable de los pensamientos positivos que surjan en tu mente a partir de lo que desees.
Pese a que parezcan y sean muy diferentes, el yoga y la sofrología conducen hacia lo mismo: mejorar la mente, el cerebro y la cabeza para, así, hacer lo propio con el cuerpo y las acciones de cada persona en su vida.